«En las calles de Buenos Aires no se ven más que médicos y perros a la hora de la siesta.» Así describió un viajero francés la Gran Aldea. Y es que el pasatiempo favorito de los porteños era la siesta. Tampoco había mucho que hacer. Las principales actividades eran la ganadería y el comercio, que se manejaban con poca mano de obra y visitando periódicamente los lugares de producción y servicios. Ir de compras tomó muy poco tiempo. Bastaba cruzar la Plaza de la Victoria (actual Plaza de Mayo) y atravesar la Recova donde se ubicaban los puestos de los «bandoleros», como entonces se llamaba a los merceros, frente a una doble fila de tiendas de ropa y novedades. .
Entretenimiento Tanto ricos como pobres llaman a las corridas de toros. En 1791 el virrey Arredondo inauguró la pequeña plaza de toros de Monserrat (ubicada en la actual cuadra 9 de Julio y Belgrano) con capacidad para unas dos mil personas. Pero se estaba quedando pequeño, por lo que se derribó y se construyó una nueva plaza para 10.000 personas en el Retiro, donde Don Juan Lavalle una vez supo pelear.
Al final de la Revolución Mexicana, la gente de la capital quería divertirse.
Al final de la lucha revolucionaria, la gente tenía sed de un cambio en su vida cotidiana. La educación, la cultura, las artes, etc., tendieron hacia el nacionalismo que había estado ausente durante todo el período porfiriano, caracterizado por un marcado francesismo.
Los habitantes de la Ciudad de México anhelaban volver a la vida normal, salir a la calle y divertirse y aunque durante el periodo de la revolución los espectáculos que se ofrecían en la capital mexicana disminuyeron considerablemente, después de la guerra se resurgió con gran fuerza. Las proyecciones de cine, las puestas en escena y los eventos deportivos tuvieron una enorme respuesta del público, ávido de entretenimiento después de tantos años de lucha y deseoso de disfrutar del desenfreno.
Opciones de juego para niñas y niños: lo que jugaban los niños en 1810
- Para los niños había una opción interesante que imitaba las actividades de los adultos, como las niñas que jugaban a ser madres , amas de casa, también utilizaban utensilios para cocinar, lavar, como costureras, etc. Pasaron mucho tiempo juntos jugando esta forma divertida de la vida cotidiana.
- En el caso de los niños los juegos eran muy diferentes, recordemos que en aquellos días los trabajos eran forzados, se les preparaba para estas actividades en el futuro. Sus juguetes eran comunes, como jugar a las canicas o canicas, donde construían los suyos propios con piedras recolectadas de la calle.
- También jugaban al fútbol, sus propias madres les ayudaban a hacerlos con retazos de tela y ellos usaban más tela o relleno de algodón. En el caso de los niños que pertenecían a la clase alta, recibían balones de una calidad mucho más resistente y de un material como el cuero.
- Unos meses antes de la revolución de mayo, aparecieron los soldaditos de plomo, cuyo objetivo era que los niños desde pequeños se centraran más en el ejército que en otras actividades.
- Los juegos grupales de los niños consistían en armar y volar cometas, que ellos mismos fabricaban con palos de árboles y papel.
- También para las niñas algunos juegos grupales pueden ser: rayuela, pilla, escondite, payana, entre otros.
Sin duda, os podemos asegurar que las cosas y los juegos entre los niños de entonces y los de hoy no han cambiado mucho, sobre todo en cuanto al juego en grupo y la diversión.
¿Qué juegos y juguetes usaban los niños en la época de la revolución?
Algunos de los juguetes más populares fueron las muñecas de papel, trapo o porcelana, los soldaditos de plomo o papel, los trompos, las canicas, los trenes de juguete, los aros, los rodamientos de bolas, las casitas, las cajas de música, los ositos de peluche, los caballos de madera, los libros. con movimiento, juegos de mesa como la lotería y los rompecabezas, que vale la pena recordar que no vinieron…
Puede ser: llevarse las manos a la boca, morder, mover los brazos, hacer sonidos. .. Este juego suele ser paralelo, es decir, los niños juegan solos o con uno o varios adultos, pero al mismo tiempo no juegan al mismo juego con otros niños. A esta edad, la mayoría juega sus propios juegos.